Hace
pocas semanas, una publicación del Ministerio del Ambiente causó indignación. En
la portada de la publicación denominada “Pintando un mundo seguro” se decía:
“Protege tu salud, tu familia y la naturaleza con el correcto manejo de
agroquímicos” y en las hojas interiores se invitaba a los niños a pintar “como
crecen las plantas con el correcto uso de los agroquímicos.” La publicación del
Ministerio del Ambiente nos demostró nuevamente los intereses que defiende el
actual gobierno, el carácter de clase del mismo y su servicio al gran capital
nacional e internacional.
Por: Romel Sacta
El “correcto uso” de los
agroquímicos…
Estos
agrotóxicos (o agroquímicos), tan publicitados por el Ministerio del Ambiente, se desarrollaron a partir de la Segunda Guerra
Mundial, cuando las fábricas de armas químicas se adaptaron para su utilización
en la agricultura. Tuvo un mayor impulso con la llamada “Revolución Verde”, que
buscaba –se decía- el aumento de la producción de comida para acabar con el hambre en el mundo. Sin
embargo, luego de más de 50 años, este modelo ha producido lo contrario: más problemas
sociales y ambientales.
El
uso de agrotóxicos es uno de los principales pilares del mantenimiento del agronegocio
en nuestro continente (y ahora en Ecuador). La producción y comercialización de
agrotóxicos está monopolizada por seis empresas transnacionales: Monsanto,
Bayer, BASF, DuPont, Dow y Syngenta; y que se encargan de la producción de
semillas, fertilizantes, agroquímicos y de productos veterinarios. Estas
empresas controlan más del 80% del mercado mundial, lo que significa más de 20
billones de dólares por año.
Por ejemplo: uno de los agrotóxicos más usados para la producción de
soja, es el glifosato y la propia soja transgénica está diseñada para resistir
esta sustancia y los llamados “coadyuvantes”, que permiten que el glifosato sea
absorbido con mayor facilidad. Todos estos agrotóxicos, junto a las ingentes
ganancias que producen, ocasionan efectos en la salud de las personas,
produciendo intoxicaciones crónicas como agudas.
Volver los ojos al campo…
Mientras
en el mundo existe una sobreproducción de alimentos, millones de
personas pasan hambre, por la lógica de explotación y acumulación del actual
modelo de agricultura. En nuestro país, el gran capital, apoyado en el
aparato estatal, avanza en el campo y rompe las lógicas de producción,
subsistencia y organización de las comunidades.
Debemos poner nuestros ojos en el campo: en nuestros indígenas y campesinos que resisten al Estado capitalista y a las imposiciones de sus lógicas de acumulación y negocio en las comunidades. Deberíamos recordar que el sujeto social de la revolución, si todavía pensamos en ella, tal como lo concebía Mariátegui, debía y debe ser construido por una organización revolucionaria, que considere el componente indígena y campesino, junto al proletariado urbano.
About
Movimiento al Socialismo
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por escribir