Este 28 de
abril se cumplen cinco años de la desaparición de Carolina Garzón Ardila, sin
que la Fiscalía, ni la Policía, ni la Justicia tengan indicios de su paradero,
ni hayan realizado una investigación eficaz sobre lo que pudo haberle ocurrido.
Carolina Garzón tenía 22 años cuando llegó a
Quito en marzo del 2012, aprovechando sus vacaciones estudiantiles. Estudiante
de la Universidad Estatal Francisco José de Caldas de Bogotá, excelente
artesana de collares y pulseras que vendía en plazas, activista cultural y
militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de Colombia. De
largos cabellos oscuros, su pequeña estatura la compensaba con su capacidad
intelectual y su tenacidad en todas las actividades que emprendía. Era la
cuarta vez que venía al Ecuador porque amaba el ambiente cultural de Quito y
las playas de la Costa.
Son cinco años en que sus
padres, parientes, amigos y militantes del PST de Colombia, el MAS del Ecuador
y la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT-CI) han desplegado un enorme
esfuerzo y una campaña de solidaridad internacional para encontrarla, sin
resultados. Son cinco años en que la Asociación de Familiares y Amigos de
Personas Desaparecidas en el Ecuador (ASFADEC) ha realizado una significativa
lucha para visibilizar el tema de los desaparecidos, grave problema social que
afecta a más de cuatro mil personas y se encontraba prácticamente desapercibido
por la opinión pública cuando desapareció Carolina. Su mentalizador y fundador,
Walter Garzón, padre de Carolina, ya no
está entre nosotros. El dolor de no haber encontrado a su hija fue el factor
fundamental que llevó a su prematuro fallecimiento el año pasado.
El aparato del Estado, muy bien equipado, con
policías entrenados, moderna tecnología y armamento sofisticado, no está al
servicio de los trabajadores ni de sus hijos. Pese a ser mantenido por los
impuestos que pagan todos los ciudadanos, el Estado dedica sus mayores
esfuerzos a cuidar a la burguesía, a los empresarios y sus familias, a los
políticos y a los gobernantes. A los ricos les brinda seguridad, a los pobres
los robos, los asesinatos, las violaciones, la represión. Ésta es la lógica de
la democracia burguesa que una vez más se confirma y en la cual los pobres
jamás pueden confiar.
Hacemos un llamado a todas las mujeres y
hombres del país a solidarizarse con nuestra causa y a difundir por todos los
medios posibles este grave problema social de la inseguridad y la desaparición
de personas, dando cumplimiento al mandato constitucional, artículo 66, que
dice: “se reconoce y garantiza a las personas el derecho a la integridad
personal que incluye la integridad física, psíquica, moral y sexual; una vida
libre de violencia en el ámbito público y privado”. Y agrega que: “el Estado
adoptará las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar toda forma
de violencia, en especial contra las mujeres, los niños y los adolescentes,
personas incapacitadas y contra toda persona en situación de desventaja o
vulnerabilidad; idénticas medidas serán tomadas contra la violencia, la
esclavitud y la explotación sexual. La prohibición de la tortura, la
desaparición forzosa y los tratamientos y penas crueles, inhumanas y degradantes”.
¡Que éstas importantes disposiciones
legales no queden escritas en el papel!
¡JUSTICIA
PARA TODAS LAS PERSONAS DESAPARECIDAS!
¡LOS
DERECHOS NO SE PIDEN, LOS DERECHOS NO SE VENDEN, LOS DERECHOS SE CONSIGUEN CON
LA LUCHA DE LA GENTE¡
¡COMPAÑERA
CAROLINA GARZÓN, PRESENTE!
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Movimiento al Socialismo
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